Condenaron a cadena perpetua a un hombre que enterró viva a su esposa en Arizona (EEUU). Aprovechó que sus hijas dormían para secuestrarla y cometer el crimen.
El homicida está identificado como David Pagniano, quien quedó sin posibilidad de libertad condicional por el asesinato de su esposa, Sandra Pagniano, de 39 años.
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El homicidio ocurrió hace siete años, pero el pasado 9 de mayo, se conoció finalmente la mencionada sentencia.
La mujer desapareció en mayo de 2017. Para entonces compartía la casa con su esposo, pero en pleno proceso de divorcio. También con sus dos hijas pequeñas.
Encontraron el cuerpo de Sandra en una fosa cavada a mano. Específicamente, en una zona rural al norte de Prescott.
El cadáver estaba maniatado y amordazado con cinta adhesiva, una imagen que describió de manera clara el sufrimiento y la violencia a la que fue sometida.
MACABRO DESCUBRIMIENTO
Sin embargo, la oficina del médico forense del condado confirmó el detalle más macabro de la historia. Un hallazgo que dejó abrumada hasta las mismas autoridades.
Sandra había sido enterrada viva. Las marcas y la posición de su cuerpo indicaron que había luchado desesperadamente por su vida, permaneciendo consciente durante unos terribles cinco minutos antes de fallecer.
El hombre, no solo secuestró y asesinó a Sandra, sino que intentó manipular la percepción de su desaparición para salir impune.
Se ideó un plan para engañar a la policía sobre la versión de que Sandra había huido voluntariamente. Tras la desaparición de ella, se descubrieron dos notas en el expediente de divorcio.
Estas notas, supuestamente escritas por Sandra, indicaban que ella abandonaba a Pagniano y le dejaba todos sus bienes: los vehículos, la casa y la custodia de sus hijas. Pero las mismas fueron escritas por el hoy condenado.
