Por la Dra. Carmen Mantellini
El café cafeinado y el té son las bebidas más consumidas socialmente en la vida moderna, siendo los estimulantes más aceptados a nivel global. Aproximadamente 90% de los adultos en el mundo, lo consumen diariamente, que, en conjunto con los químicos que los acompañan, pudieran tener efectos beneficiosos pero también adversos para la salud de quienes lo consumen, esto incluye la ingesta de cafeína y antioxidantes.
El problema es que es muy difícil entender si algún efecto es secundario al café, por lo extendido de su consumo, y a la fecha, no existen datos confiables sobre su seguridad o los potenciales riesgos que pudiera producir. Consideramos que en general, un adulto sano consume un máximo de 400mg de cafeína al día, esto es, no más de 4 tazas de café.
Sabemos que este consumo está relacionado con mayor longevidad, mejora la atención, el tiempo de reacción ante estímulos y el desempeño deportivo. Ayuda a vencer las alteraciones del sueño, al mejorar nuestro estado de alerta después de una noche de mal dormir, y a estar bien luego de un viaje con cambio de horario, también conocido como jet lag. En la mujer en climaterio y en la postmenopausia, que no recibe terapia hormonal y que tiene alteraciones del sueño, puede ayudar a mejorar la energía durante el día.
Otros efectos beneficiosos, incluyen la disminución del riesgo de sufrir de Alzheimer, Parkinson y de Diabetes tipo 2. Por lo general, la persona que consume café suele ser más activa. Pero no todo es positivo, también se describen efectos adversos, sobre todo cuando se excede en el consumo. A corto plazo, produce dolor de cabeza, ansiedad, temblores e insomnio, de ahí la importancia de no consumir idealmente después del almuerzo. Y en los altos consumidores, la falta de café produce síntomas de abstinencia, siendo el dolor de cabeza el síntoma principal.
En la mujer, el metabolismo del café durante el embarazo disminuye, y se sabe que la cafeína logra cruzar la barrera placentaria y llegar al feto, produciendo efectos estimulantes en su ritmo cardíaco. Si bien no hay datos confiables en relación con la cafeína y el embarazo, se considera que mantener su consumo por debajo de 300 mg de café al día, nos da un margen de seguridad hasta obtener datos más confiables.
Por debajo de ese nivel, no se considera que haya afectaciones en la fertilidad ni en la aparición de malformaciones congénitas en los bebés de madres consumidoras de café con el beneficio adicional de que pudiera prevenir la aparición de diabetes del embarazo. Si bien existe el riesgo de síntomas de abstinencia de café en los bebés recién nacidos de madres consumidoras, estos síntomas suelen desaparecer en la primera semana, y recordemos además que la cafeína llega también a través de la leche, en la lactancia materna.
Así que si quieres quedar embarazada o ya lo estás, una ingesta de café durante la mañana, que no exceda dos a 3 tazas diarias, suele ser suficiente para lograr los beneficios que deseas del café, sin riesgos para la salud y la de tu futuro bebé.
Si deseas saber más, visita mis redes sociales @Dramantellini.
Caraota Digital no se hace responsable por las opiniones, calificaciones y conceptos emitidos en las columnas de opinión publicadas en este medio.