El Servicio Secreto de EEUU habrían despedido a varios de sus agentes por el fallo de seguridad que permitió o hice posible el atentado sufrido por el expresidente de los Estados Unidos Donald Trump en Pensilvania.
Fox y CBS precisaron que al menos cinco miembros del Servicio Secreto implicados en el incidente, incluido el jefe de la oficina del Servicio Secreto en Pittsburgh, habían sido dados de baja.
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El portavoz del Servicio Secreto, Anthony Guglielmi, no confirmó los reportes. Sin embargo, dijo que: «Estamos examinando los procesos, procedimientos y factores que llevaron a este fallo operativo». También señaló: «Cualquier violación identificada y corroborada de la política será investigada (…) para una potencial acción disciplinaria».
El Servicio Secreto se ha declarado «avergonzado» por el fallo de seguridad. Por su parte, su jefa, Kimberly Cheatle, dimitió tan solo días después del intento de asesinato.
LA RENUNCIA DE LA JEFA DEL SERVICIO SERCRETO
Durante una audiencia, Cheatle asumió “la responsabilidad completa” del lapso en “seguridad” de su agencia y aseguró que coopera con las investigaciones en curso sobre el atentado.
La oposición republicana había pedido su renuncia, y el Departamento de Seguridad Nacional anunció una investigación independiente para esclarecer qué falló en el operativo.
Cheatle dijo en su carta de renuncia que tomó la “difícil” decisión de dejar la agencia “con gran pesar” y que no quiere que su partida distraiga a los agentes de su misión.
“A la luz de los acontecimientos recientes, con gran pesar he tomado la difícil decisión de dejar el cargo de directora”, escribió Cheatle.
Asimismo, aceptó que el 13 de julio, el día del tiroteo, la agencia “no cumplió” con su misión. El objetivo de “proteger a los líderes de nuestra nación”.