Por la Dra. Carmen Mantellini
En el mercado se consiguen dos tipos de implantes subdérmicos, esto es, que se insertan debajo de la piel, y que cumplen con una función principalmente anticonceptiva. Al igual que otros métodos de larga duración, son ideales en adolescentes con riesgo a quedar embarazadas, ya que no debe recordarse su toma diaria, mensual o trimestral.
Existen dos presentaciones en el mercado, una de dos varillas, que contiene Levonorgestrel y tiene una duración de 5 años, y otro, de una sola varilla, con una duración de hasta 3 años, aunque los estudios avalan que mantiene este último, eficacia anticonceptiva por hasta 5 años.
El efecto principal que producen radica en espesamiento del moco cervical y de la movilidad tubárica, lo que dificulta la fecundación, adicionalmente inhiben al centro regulador del ovario, por ende, inhiben la ovulación. Se consideran uno de los métodos anticonceptivos más eficaces, ya que no dependen de la paciente para su toma.
Entre los síntomas más frecuentes que producen tenemos, en primer lugar: molestia posterior a la inserción, que suele pasar, sin mayores inconvenientes. El patrón de sangrado se hace irregular y sin avisar. Suele desaparecer con el pasar de los meses de uso. 16% de las pacientes se queja de dolores de cabeza, 12 % de aumento progresivo de peso y/o acné, 10% molestias mamarias y labilidad emocional en un 6%.
Una de las ventajas de su uso es el impacto en la disminución del sangrado y el dolor menstrual y por ende una de sus indicaciones no anticonceptivas es como tratamiento coadyuvante de la anemia ferropénica y en endometriosis.
El momento ideal de su inserción es durante los primeros 5 días de la menstruación, lo que permite mejor control del sangrado subsiguiente y mejor eficacia anticonceptiva inmediatamente posterior a su inserción. Sin olvidar que este método no protege contra infecciones por gérmenes de transmisión sexual, por lo que debe siempre elegirse la doble protección, sobre todo en adolescentes que se considera el grupo de riesgo para estas infecciones.
Una vez retirado el implante, los niveles circulantes de hormonas anticonceptivas se hacen indetectables a partir de la semana, con un regreso de la fertilidad de 3 a 4 semanas en el 90% de las pacientes. La elección de este o cualquier otro método dependen de tus síntomas, antecedentes y necesidades anticonceptivas en el tiempo, así que no dejes de consultar antes de elegirlo.
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