Alaska Airlines en el ojo del huracán por decisión controversial que ‘provocó’ la muerte de un perro

Luis Alfredo Ledezma
Por Luis Alfredo Ledezma 3 Min de Lectura
3 Min de Lectura
Archivo

Un trágico incidente a bordo de un vuelo de Alaska Airlines desencadenó una demanda legal en la que un hombre de San Francisco (EEUU) acusó a la aerolínea de negligencia tras la muerte de su perro bulldog francés de tres años.  

Michael Contillo, el propietario del perro llamado Ash, aseguró que la muerte de su mascota fue consecuencia directa del cambio inesperado de asientos de primera clase a clase turista.  

LEA TAMBIÉN: HORROR EN EEUU: BEBÉ DE UN MES MURIÓ TRAS SER ATACADO FEROZMENTE POR UNO DELOS PERROS DE LA FAMILIA

Situación que, según él, generó un fuerte estrés en su perro, provocando complicaciones respiratorias que culminaron en su fallecimiento.  

Lo que precisaron medios locales, es que el viaje ocurrió el pasado 1 de febrero. Exactamente, en un vuelo de regreso desde Nueva York a San Francisco.  

Contillo había adquirido boletos de primera clase para él y su padre, específicamente para garantizar un mayor espacio y reducir la exposición de sus mascotas a los pasajeros, con el fin de minimizar el estrés y asegurar su bienestar durante el trayecto.  

Además, reservó espacio en cabina para sus dos bulldogs franceses, Ash y Kora, pagando un adicional de 100 dólares por cada uno y cumpliendo con las políticas de Alaska Airlines sobre transportes en cabina.  

EL PERRO ESTABA SANO 

Previo al vuelo de retorno, Contillo llevó a ambos perros al veterinario en Nueva York. Gracias a eso, se aseguró de que estaban en condiciones óptimas de salud para volar.  

Esa situación le dio tranquilidad a Contillo, quien había volado en la ida sin contratiempos en la primera clase con sus dos perros.  

Sin embargo, poco antes de despegar, un asistente de vuelo de Alaska Airlines, junto con otro empleado, solicitó a Contillo y su padre que se trasladaran a la fila 11 de clase turista, aludiendo razones de seguridad.  

El cambio a clase turista significó un espacio más reducido y mayor exposición con otros pasajeros. Al poco tiempo, Ash comenzó a respirar de forma rápida y agitada, mostrando síntomas visibles de ansiedad.

En concreto, Contillo —con la demanda presentada el pasado 16 de octubre— busca una compensación económica por parte de Alaska Airlines. Argumentó y enfatizó que la aerolínea, al reubicarlos sin justificación, provocó la muerte de su perro. 

Compartir este artículo