Mundial 2026 en la mira: crece la preocupación en Estados Unidos por posibles suspensiones de varios partidos

Luis Alfredo Ledezma
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Los anfitriones del Mundial 2026, programado para el verano en Estados Unidos, México y Canadá, prevén altas temperaturas / Archivo

La organización de la Copa Mundial de la FIFA 2026 enfrenta un creciente clima de inquietud en Estados Unidos ante la posibilidad de que varios partidos deban ser suspendidos o reprogramados debido al calor extremo previsto para el verano boreal.  

De acuerdo con medios locales, el Mundial, que se disputará entre Estados Unidos, México y Canadá, coincide con una temporada en la que se anticipan temperaturas inusualmente altas, lo que podría comprometer tanto la seguridad de los jugadores como la de los aficionados. 

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Autoridades locales, especialistas en salud deportiva y organizadores han comenzado a advertir sobre los riesgos, que podrían alterar el normal desarrollo del evento, que conllevaría a la suspensión de varios partidos.  

¿QUÉ LOCALIDADES SON MÁS CRÍTICAS?  

En ciudades estadounidenses como Los Ángeles, Dallas, Houston y otras sedes clave, los pronósticos apuntan a olas de calor que superarían los niveles registrados durante el Mundial de Clubes celebrado recientemente en territorio estadounidense, donde ya se observaron dificultades logísticas y sanitarias. 

Es por ello, que en estadios como el SoFi Stadium de Inglewood, que albergará ocho partidos, han iniciado la instalación de ventiladores industriales y sistemas de enfriamiento de emergencia para mitigar los efectos de temperaturas que podrían superar los 26,7 °C, un umbral crítico para la FIFA.  

De hecho, un estudio publicado en el International Journal of Biometeorology señaló una “seria preocupación por la salud de los jugadores y árbitros en el Mundial 2026 vinculada a calores extremos” e identifica seis sedes “de alto riesgo”: Monterrey (México), Miami, Kansas City, Boston, Nueva York y Filadelfia. 

El informe «Terrenos en riesgo», elaborado por la asociación Football for Future, señaló que en 2025 varias de esas ciudades registraron, al menos durante una jornada, temperaturas superiores a los 35 grados en mediciones de bulbo húmedo (WGBT), un indicador que combina temperatura y humedad.  

Según la organización, ese umbral representa “el límite de la adaptación humana al calor”. 

El SoFi Stadium, en California, será sede de ocho partidos del Mundial 2026. / Archivo

¿QUÉ HACE FIFA PARA EVITAR EL INTENSO CALOR?  

Además de la instalación de ventiladores, la máxima autoridad del fútbol resolvió implementar pausas de hidratación en los minutos 22 y 67 de todos los partidos del Mundial, sin importar las condiciones climáticas.  

La medida, además de buscar proteger a los jugadores, representa un beneficio adicional para las marcas y los operadores de transmisión. 

Asimismo, el calendario fue ajustado para privilegiar los partidos en horario diurno dentro de los estadios climatizados —como los de Dallas, Houston y Atlanta—, mientras que en las sedes consideradas de mayor riesgo se optó por programar los encuentros en las horas más frescas de la tarde 

“Se observa claramente un esfuerzo para programar los horarios de partidos basándose en las preocupaciones vinculadas a la salud y rendimiento de los jugadores”, dijo un portavoz del sindicato de jugadores FIFPro, que deseó mantenerse en el anonimato. 

¿QUÉ PASA EN EL CASO DE LOS AFICIONADOS?  

Más allá del impacto en los jugadores, el riesgo que enfrentan los espectadores en los estadios y en las “fan-zones” ha sido “subestimado” en numerosas ocasiones, advirtió Christopher Fuhrmann, director adjunto de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, citado por varios medios.  

Según explicó, los aficionados también generan calor “con sus ánimos” y, a diferencia de los deportistas en óptimas condiciones físicas, muchos pueden presentar “comorbilidades” que los vuelven más vulnerables a golpes de calor potencialmente mortales. 

El investigador recordó que dentro de los estadios la temperatura suele ser aún más elevada, debido a que se trata de estructuras construidas con materiales como cemento, asfalto o metal, que retienen y amplifican el calor.  

A ello se suman posibles dificultades relacionadas con la “circulación de aire”, la disponibilidad de “zonas de sombra” y adecuada “hidratación” del público, que en muchos casos consume bebidas alcohólicas. 

En este contexto, persisten dudas logísticas relevantes. La FIFA todavía no ha informado a las empresas operadoras de los estadios si los aficionados podrán ingresar con botellas recargables o si deberán pagar por el agua durante los partidos, una decisión clave para la seguridad de los asistentes en escenarios de calor extremo.

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