Una mujer fingió estar muerta mientras era atacada por una manada de vacas, para que los animales dejaran de agredirla, lo que a la postre le permitió sobrevivir a la inesperada situación.
Afortunadamente un grupo de turistas que pasaba por el lugar cuando sucedía el ataque, por lo que procedieron a espantar a la manada y posteriormente le prestaron asistencia a la víctima, quien terminó con diez costillas rotas y otras lesiones de distinta gravedad.
Aunque el dramático episodio ocurrió en agosto en Newtonmore, Escocia, trascendió en las últimas horas después de que la mujer narró su experiencia en una entrevista.
LA VÍCTIMA SE SOMETIÓ A MÚLTIPLES CIRUGÍAS TRAS EL ATAQUE
La víctima del percance, llamada Mary-Jane Parker, de 61 años, debió someterse a múltiples cirugías para recuperarse y, actualmente, agradece estar viva para poder contarlo.
De acuerdo a la información publicada por la revista People, la pesadilla empezó cuando Parker estaba haciendo senderismo junto a su perra, Lola, y de repente apareció la manada de vacas que estaban «escondidas detrás de un terreno alto».
La mujer cayó al piso ante la primera embestida y los animales empezaron a atacarla salvajemente. La perra se soltó de la correa y se fue corriendo, ella intentó escapar, pero le resultó imposible; ya que los animales no la dejaban.
“Estaba aterrorizada. No pude escapar”, relató en diálogo con el citado medio. En un momento, dos vacas la levantaron y la arrastraron por el suelo: “Pensé que ahí era donde todo terminaría para mí”, afirmó.
En medio de la desesperación, Parker supo que no iba a poder librarse de la situación sin ayuda, por eso decidió hacerse la muerta, para intentar engañar a las vacas y que dejaran de atacarla.
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«Me quedé quieta, fingiendo estar muerta», recordó y contó que estuvo así durante al menos 45 minutos, hasta que un grupo de turistas que pasaba por allí alertó la situación y ahuyentó a la manda.
Inmediatamente, pidieron asistencia médica y alertaron a la Policía. La mujer tuvo que ser trasladada al hospital en helicóptero, donde fue operada de urgencia.
El parte médico indicó que después del ataque terminó con 10 costillas rotas, fractura de esternón, fractura de mano derecha y un grave traumatismo en una pierna, además de contusiones pulmonares y múltiples moretones en la cabeza, la cara y el cuerpo, entre otras lesiones.
“El dolor era paralizante (…) Nunca he experimentado algo así”, aseguró. Después de la primera cirugía, tuvo que someterse a otras más que incluyeron injertos de piel. Finalmente, diez días después del incidente, recibió el alta médica y continuó la recuperación en su casa.

