Quien tenga un gato sabe que estos aman las cajas de cartón. El motivo principal de ello es que son espacios confinados con una sola abertura. Esto hace que se sientan protegidos.
Pese a ser depredadores, los gatos a veces pueden ser presas y así se perciben ellos. Es por eso que su instinto les transmite que una caja de cartón es más segura que la cama o un mueble de la sala.
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Este objeto no solo les permite esconderse. También les proporciona una mejor visibilidad, ya que solo estarán atentos de una sola dirección. El resto, las cubre la caja. Esto es importante para ellos, ya que a diferencia de los animales herbívoros y como todos los carnívoros, no poseen una visión panorámica.
Al estar dentro de ella, un minino está exento de sorpresas. Gracias a esto, pueden reaccionar a tiempo y si se ven en peligro, pueden escapar.
Cuando pasan a ser cazadores, la caja es una gran herramienta de camuflaje. Pueden permanecer en ella, al acecho, hasta cuando estén listos para atacar. De esta forma, podrán emboscar a sus presas.
TAMBIÉN LES AYUDA CON SU ESTRÉS
Como punto extra, una caja le es muy útil a un felino cuando quiere adaptarse a una situación estresante, como por ejemplo, una mudanza. Según estudios, un gato doméstico que contaba con una caja de estas a la hora de cambiarse de casa, se adaptó mejor y más rápido al nuevo entorno, reseño Infobae.
Ante el ojo humano, una simple caja solo puede ser eso y algo desechable. No obstante, para un gato, puede significar su refugio y cueva frente a un momento estresante. En ella no solo estará seguro, sino que también podrá aislarse de factores externos que le incomodan, como el ruido y otros animales.