¿Qué es la dismorfia corporal? La extraña enfermedad que padece la actriz Megan Fox

Angel David Quintero
Por Angel David Quintero 5 Min de Lectura
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La actriz Megan Fox sorprendió a sus seguidores al confesar que padece de dismorfia corporal, un trastorno psicológico que le hace tener una imagen distorsionada de su propio cuerpo.

En una entrevista para la revista Sports Illustrated, Fox contó que nunca ha amado su cuerpo y que se siente insegura por sus defectos físicos.

Se trata de una enfermedad mental que se caracteriza por una preocupación excesiva y obsesiva por algún aspecto de la apariencia física. Los pacientes perciben sus cuerpos como defectuoso o anormales.

Sin embargo, esta percepción puede ser real o imaginaria, pero en cualquier caso genera un gran malestar y angustia en la persona que lo sufre.

Las personas con dismorfia corporal dedican mucho tiempo y energía a intentar ocultar o corregir el defecto percibido. Este comportamiento puede afectar a su autoestima, sus relaciones sociales y su funcionamiento diario.

Algunas de las conductas más habituales son mirarse constantemente al espejo, compararse con los demás, buscar la aprobación de su aspecto, evitar situaciones que impliquen exponerse o someterse a múltiples cirugías estéticas.

Esta condición puede afectar a cualquier parte del cuerpo. Sin embargo, las más comunes son la cara (nariz, piel, pelo), el pecho, los genitales o la musculatura. El trastorno suele aparecer en la adolescencia, una etapa en la que la imagen corporal tiene una gran importancia para el desarrollo de la identidad.

¿QUÉ CAUSA LA DISMORFIA CORPORAL?

No se conoce una causa única o definitiva para la dismorfia corporal. Expertos aseguran que es el resultado de la interacción de varios factores de riesgo. Entre ellos se encuentran:

  • Factores biológicos: Puede haber una alteración en el funcionamiento de algunos neurotransmisores cerebrales, como la serotonina, que están implicados en el procesamiento de la información visual y emocional.
  • Factores psicológicos: Las personas tienen una baja autoestima, un perfeccionismo extremo, una tendencia a la rumiación y un estilo cognitivo distorsionado que les hace magnificar sus defectos y minimizar sus cualidades.
  • Factores sociales: La influencia de los medios de comunicación, las redes sociales y la cultura en general puede generar una presión estética y unos estándares de belleza irreales e inalcanzables que afectan a la percepción y valoración del propio cuerpo.

¿CÓMO SE TRATA LA DISMORFIA CORPORAL?

El tratamiento más efectivo para la dismorfia corporal es la terapia cognitivo-conductual (TCC), un tipo de psicoterapia que ayuda a modificar los pensamientos y comportamientos negativos relacionados con el aspecto físico. La TCC se basa en las siguientes estrategias:

  • Educación sobre el trastorno: se explica al paciente qué es la dismorfia corporal, cuáles son sus síntomas y consecuencias, y cómo se puede superar.
  • Reestructuración cognitiva: se enseña al paciente a identificar y cuestionar los pensamientos irracionales o distorsionados que tiene sobre su cuerpo y a sustituirlos por otros más realistas y positivos.

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  • Exposición y prevención de respuesta: se expone al paciente gradualmente a las situaciones que le generan ansiedad por su aspecto físico (mirarse al espejo, salir a la calle, etc.) y se le impide realizar las conductas compulsivas que realiza para aliviarla (asearse, maquillarse, pedir tranquilidad, etc.).
  • Entrenamiento en habilidades sociales: se ayuda al paciente a mejorar su autoconfianza y su capacidad para relacionarse con los demás sin depender de su apariencia física.
  • Relajación y manejo del estrés: se enseña al paciente técnicas de relajación muscular y respiración diafragmática. El objetivo es reducir el nivel de activación fisiológica y emocional asociado al trastorno.

En algunos casos, puede ser necesario complementar la terapia psicológica con un tratamiento farmacológico. Los medicamentos más utilizados son los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como la fluoxetina o la sertralina. Estos fármacos ayudan a regular el nivel de serotonina en el cerebro y a mejorar el estado de ánimo y la ansiedad.

La dismorfia corporal es un trastorno grave que puede afectar seriamente a la calidad de vida de las personas que lo padecen. Por eso es importante detectarlo cuanto antes y buscar ayuda profesional especializada. Con un tratamiento adecuado es posible superar este problema y recuperar el bienestar psicológico y físico.

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