Falta poco para Halloween y aunque para muchos estas son unas fechas divertidas para disfrazarse, pedir dulces o incluso para ver películas de terror, hay que tomar precauciones con los pequeños de la casa.
Ante esto Abel Saraiba, psicólogo y coordinador adjunto de Cecodap, aseguró que hay muchos niños que se pueden sentir «profundamente aterrados en esta época» por la exposición de imágenes.
«Hay gente que puede disfrutar voluntariamente a situaciones que le den miedo, como las películas de terror. Pero, hay personas que no se divierten con esta situación», expresó en entrevista con Román Lozinski en Éxitos.
HALLOWEEN Y EL MIEDO
En ese sentido, sostuvo que hay que entender la diferencia entre el miedo y el terror.
«El miedo es una emoción que todos los seres humanos tenemos y que nos advierte que hay peligros. Sin embargo, el terror implica una aparición súbita de un miedo que es avasallante, que paraliza y genera sensaciones muy intensas. Y creo que exponer tempranamente a los niños a este tipo de estímulos deliberadamente es un error porque los niños van a ir desarrollando un temor propio a ciertas situaciones de riesgo cotidianas y más bien como padres deben acompañarlos a hacerle frente a los miedos cotidianos», dijo.
HABLAR CON LOS NIÑOS
Asimismo, indicó que sería «irreal» pensar que se puede crear una burbuja en estos días. En especial porque los niños pueden salir y encontrarse con máscaras o personajes por Halloween.
«Si su hijo reacciona de forma muy sensible a este tipo de eventos deben hablarle. Hay que decirle que en estos días van a aparecer estas cosas y por más que no te gusten tenemos que estar preparados y reflexionar sobre el origen de ese miedo y qué le preocupa. Además, acompañar sin forzar, porque a veces podemos pensar que la mejor forma de enfrentar el miedo es obligando a exponerse a él y esto es un error», señaló.
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Destacó que a veces los padres no son consientes de los mensajes que hay detrás de acciones como asustar a sus propios hijos.
«Cuando los padres se ponen una máscara y asustan a sus hijos y este empieza a llorar, se debe pedir perdón por la reacción que causó. Decirle que no pensaba que le iba a causar ese malestar y que tiene derecho a sentirse asustado. Lo que pasa es que los papás creen que cuando se disculpan pierden autoridad, pero es todo lo contrario gana autoridad al rectificar», añadió.