Una niña de tres años protagonizó un curioso incidente en Santa Catarina, Brasil, luego de ingresar a la máquina expendedora de peluches.
La pequeña Izabela, movida por la curiosidad y el deseo de abrazar a uno de los juguetes, logró entrar por la pequeña puerta destinada a sacar los premios, pero quedó encerrada en la caja de cristal.
“Izabela hizo lo que toda niña y adulto ha pensado en hacer”, escribió la madre de la niña al compartir el video en redes sociales.
“Yo estaba sentada en un banco y ella estaba manipulando la máquina. Pasó un rato, miré nuevamente, ella metió la cabeza dentro de la máquina. Cuando corrí a atraparla, fue tan rápido que voló hacia adentro, y la puerta se cerró”, contó la madre.
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Una vez dentro de la máquina, Izabela se encariñó con un osito de peluche rosa y lo abrazó con fuerza mientras permanecía encerrada. Un grupo de personas se reunió alrededor del aparato, intentando animar a la niña a soltar el juguete para que pudiera salir por donde había entrado. Sin embargo, todos los esfuerzos fueron en vano.
@omunicipiobrusque😅 Uma menina de 3 anos ficou presa em uma máquina de ursinhos de pelúcia em Brusque na última sexta-feira, 13. A mãe da criança, Poliana Santos, divulgou um vídeo contando a história nas redes sociais. 🧸 Para retirar a criança da máquina, o proprietário precisou ser acionado. Na legenda do vídeo, a mãe brinca: “A Izabela que fez o que toda criança e adulto já pensou em fazer”. Após o proprietário ser acionado, ela foi retirada da máquina sem mais sustos e saiu com um ursinho de pelúcia rosa. 📲 Leia a reportagem no destaque “Notícias feed” em @omunicipiobrusque ou omunicipio.com.br. 📸 Arquivo pessoal #Brusque #Jornalismo #OMunicipio #TikTokNotícias
El personal de seguridad del centro comercial intervino rápidamente y decidió contactar al dueño de la máquina para que abriera la caja de cristal. Aunque el propietario respondió de inmediato, tardó casi una hora en llegar al lugar. Mientras tanto, los guardias mantuvieron abierta la puerta inferior de la máquina para asegurarse de que la pequeña pudiera respirar sin problemas.
“Estaba muy angustiada. Imaginen, ¿y si empieza a llorar o asfixiarse? Menos mal que el dueño de la máquina contestó rápido. Salió de su casa, se dirigió al lugar, abrió la puerta y, al final, le entregó el osito de peluche”, indicó la madre.