Christopher Collings, de 49 años, fue ejecutado este martes, 3 de diciembre, mediante una inyección letal de pentobarbital. Este acto marcó la culminación de un proceso judicial que atrajo la atención mediática en EEUU.
De acuerdo con medios locales, la ejecución se realizó en la prisión estatal de Bonne Terre, situada en Missouri.
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El hombre fue condenado, porque atacó sexualmente y asesinó a una niña de 9 años llamada Rowan Ford.
El crimen ocurrió en 2007, cuando el delincuente sacó a su víctima de la cama mientras dormía y la llevó hasta su casa rodante para después agredirla y estrangularla con una cuerda.
Antes de su ejecución, el hombre ofreció una declaración escrita en la que pidió perdón a las personas que lastimó y expresó su esperanza de que algún día pudiera “encontrarlas en el cielo”.
Ford era una alumna de cuarto grado descrita por sus profesores, quienes asistieron al juicio de Collings, como una niña feliz y trabajadora, amante de Barbie y cuyo cuarto estaba pintado de rosa.
Collings, conocido por la familia como el “tío Chris”, había vivido en la casa que Rowan compartía con su madre, Colleen Munson, y su padrastro, David Spears.
En algunas oportunidades ayudaba a la niña con sus tareas escolares, lo que ayudó a crear un vínculo que haría posible luego el horrendo crimen.
La ejecución fue la número 23 en EEUU durante 2024 y la cuarta en Misuri, un estado que este año ha registrado un alto número de penas capitales, solo superado por Alabama y Texas.