Una mujer de 37 años en Chicago asesinó a su hija de tan solo 21 meses impulsada por voces en su cabeza que le decían que debía «suicidarse con su hija» para que el «diablo no pudiera comérsela».
El asesinato que ha consternado a los investigadores ocurrió el pasado 20 de diciembre. Marisol Vázquez cegó la vida de su bebé Lucía Vázquez asfixiándola con una sábana.
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La policía respondió a una llamada de emergencia alrededor de las 8:30 a.m. en una residencia ubicada en la cuadra 500 de North Springfield Avenue. Al llegar encontraron a Marisol Vázquez sentada desnuda en una cama, con el cuerpo de la pequeña Lucía detrás de ella.
La niña, que no respiraba y tenía la piel fría, fue llevada de inmediato al Hospital Mount Sinai, donde fue declarada muerta poco después.
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Los oficiales notaron que había una bañera llena de agua bloqueada con ropa, lo que parecía corroborar las declaraciones incoherentes de Vázquez sobre la necesidad de estar “en contacto con la naturaleza” para escapar de supuestos dispositivos electrónicos que la atrapaban.
LA MUJER INTENTÓ QUITARSE LA VIDA
Durante la investigación, Vázquez reveló a los detectives que había intentado quitarse la vida ahogándose en la bañera, pero no lo logró. En cambio, recurrió a cortarse, según el informe policial. También confesó el asesinato a su hermana y trató de impedir que esta llamara a las autoridades.
Los fiscales informaron que Vázquez mostraba signos claros de ideación suicida y problemas de salud mental graves.
En una audiencia el sábado, la jueza Susana Ortiz ordenó la detención de Vázquez sin derecho a fianza, citando «problemas de salud mental importantes».
Ortiz destacó que Vázquez representa un peligro debido a su incapacidad para controlar sus impulsos y al acceso a objetos domésticos que podrían ser utilizados como armas.
Por el momento, Marisol Vázquez permanece bajo custodia mientras recibe tratamiento médico y psicológico. Se espera que regrese a la corte el próximo martes, donde enfrentará cargos formales por la muerte de su hija.
