Uno de los problemas que golpea fuertemente al país ha logrado pasar desapercibido durante varios años, se trata del desvalijamiento de obras o infraestructuras públicas para suministrar la materia prima de una poderosa red de contrabando de chatarra que opera en el país y que ha dejado destrucción a su paso.
El surgimiento de esta red delictiva se remonta a la intersección de una creciente demanda de chatarra en el mercado negro, la corrupción en las fronteras y la ausencia de regulación efectiva.
Bismark Carretero, es el nombre que resuena y se señala en todos reportajes cómo el hombre que lidera esta red de contrabando de chatarra que roba metal de los cables eléctricos, líneas de ferrocarril y edificios abandonados, para luego revenderlos ilegalmente como chatarra, despojando a Venezuela de la inversión y de valiosos recursos.
El impacto económico de este contrabando no debe subestimarse.
En un país donde el salario mínimo es en muchos casos inferior a 5 dólares al mes, la pérdida de ingresos debido a la exportación ilegal de chatarra profundiza aún más la brecha en la economía.
La economía venezolana ha sido golpeada duramente por la corrupción y la mala gestión.
Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), la inflación en Venezuela alcanzó un astronómico 4,386% en 2021, erosionando los ingresos de la población y dejando al bolívar prácticamente sin valor.
La apropiación indebida de fondos estatales y el contrabando de recursos han dejado al país con una deuda pública que supera el 200% de su PIB, según cifras del Banco Central de Venezuela.
En medio de esta crisis, los maestros venezolanos, que desempeñan un papel fundamental en la formación de las generaciones futuras, han visto cómo sus salarios se evaporan ante la inflación galopante.
Según estimaciones del sindicato de maestros de Venezuela, sus salarios han perdido más del 95% de su poder adquisitivo en la última década.
La falta de inversión en educación, combinada con la corrupción, ha dejado a estos profesionales en una situación desesperada.
Mientras tanto, en el mismo país en el que los maestros no tienen cómo darle de comer a sus hijos porque no cuentan con un salario digno ajustado a la realidad y a sus necesidades, existen grupos al margen de la ley que se llevan hasta sus bolsillos las riquezas del país en detrimento del bien y de la felicidad de la mayoría.
¿Pero, quien es Bismark Carretero?
De los últimos escándalos de corrupción nacidos en la llamada revolución bolivariana de Venezuela, denominado como Pdvsa-Cripto, de acuerdo con el diario El Nacional, hay documentos internos de la Fiscalía que muestran vinculaciones entre los operadores financieros de la estatal petrolera del país y las empresas básicas de Guayana.
De allí salió a relucir la llamada mafia de la chatarra, un grupo de empresas vinculadas por años al chavismo que ha generado millones de dólares a través de presuntas prácticas corruptas.
Bismark Carretero, quien es egresado de la Escuela Técnica de la Aviación Militar de Venezuela, es repetidamente relacionado con esta red de contrabando de chatarra.
Además de orquestar el contrabando, se le acusa de haber invertido las ganancias ilícitas en bienes raíces en toda Venezuela y en el extranjero.
Las operaciones de su empresa Pegasus Group, registrada en República Dominicana en 2019 son señaladas de ser una de las responsables directas en el desmantelamiento de VENALUM y SIDOR para comercializar el material estratégico obtenido.
Bismark Francisco Carretero Reyes egresó de la Escuela Técnica de la Aviación Militar de Venezuela en 2008 y en 2019, cuando se le concedió su retiro, pasó a vincularse con altos círculos de poder, donde se labró su lugar en el multimillonario negocio de la chatarra del país.
¿Cómo llegó este piloto a ser el rey de la chatarra en Venezuela? Te lo contaremos en la próxima entrega.
