Denuncian «tratos crueles» en La Crisálida: Reclusas se contagiaron de piojos por mala higiene

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Familiares de las mujeres detenidas en el marco de las protestas denunciaron lo que viven las privadas de libertad en el Centro de Formación para Procesadas Femeninas La Crisálida, en Los Teques, estado Miranda. «Todo allá adentro es inhumano», expresaron.

Según un testimonio ofrecido al Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) en cada celda conviven entre 15 y 18 mujeres. Además, solo les dan dos tobos de agua que usan para bañarse, cepillarse y lavar la ropa.

Para ahorrar agua, solo se lavan sus partes íntimas y el resto del cuerpo lo asean con toallas húmedas. Asimismo, se tienen que turnar por días para lavarse el cabello.

“Dos se lavan el cabello un día, otras dos se lavan el cabello otro día y así van”, denunciaron los familiares.

Esto ha provocado una plaga de piojos en las celdas y las custodias no permiten que les lleven champú antipiojos. “Mientras no tengan buen aseo personal van a seguir teniendo piojos”, aseguraron.

Asimismo, hacen sus necesidades en letrinas, muy cerca de las celdas, y algunas mujeres han presentado infección urinaria.

Según fuentes consultadas por la ONG, en el lugar hay cerca de 100 presas políticas.

RECLUSAS «NO COMEN BIEN»

Además de las malas condiciones de higiene, los familiares aseguraron al OVP que las mujeres no comen bien.

«Comen arepa dura con mortadela, carne molida con pasta o arroz, o arroz con auyama». Además, señalan que los alimentos a veces tienen cabellos, saliva o descompuestos.

“Sé de otras mujeres que pasan hasta ocho días sin comer casi, porque les da ganas de vomitar lo que les llevan”, añadió otro testimonio.

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Un problema similar ocurre con el agua para tomar, la cual las enferma con frecuencia.

“Las mujeres tienen derecho a la vida, a la dignidad, a la integridad personal, física, psíquica y moral. Tienen derecho de igualdad de trato, a que tengan la oportunidad de peticionar ante las autoridades y les den una respuesta adecuada, a tener derecho al debido proceso, su abogado de confianza y a no ser discriminadas en ningún momento”, reclamó Humberto Prado, director del OVP.

Las reclusas tampoco tienen actividad física y deben pasar todo el día acinadas en las celdas.

TRATOS HUMILLANTES

Los familiares denunciaron que a menudo las someten a «requisas vejatorias». «En una de las recientes visitas las custodias obligaron a las parientes a quitarse la ropa, a brincar tres veces, a pujar y a abrir sus partes íntimas».

“En una requisa se enfocaron mucho más en la comida, la destruyeron para dejarla pasar. Ahora no nos dejan ni llevarles agua porque la directora dice que podemos envenenarlas. ¿Qué mente tan maquiavélica va a pensar que nosotras vamos a envenenar a nuestros familiares?”, denunciaron.

El director del OVP recordó que según el artículo 272 de la Constitución Bolivariana de la República el Estado debe garantizar un sistema penitenciario que asegure la rehabilitación del interno o interna y el respeto a sus derechos humanos. Por último, hizo un llamado a respetar los derechos humanos y dignidad de las mujeres privadas de libertad en nuestro país.

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