La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) condenó este miércoles el asedio de las autoridades a la embajada de Argentina en Caracas, en donde están asilados seis opositores miembros del equipo de María Corina Machado.
El subsecretario de la CEV, monseñor Rafael Bitter, habló con NTN24 sobre la grave situación en la embajada. «Es inhumano cortar agua, luz. Creo que darles una oportunidad y el trato humano no se debe cortar», expuso.
Las denuncias indican que las autoridades no permiten el ingreso de alimentos y agua potable a la embajada. Ante este escenario, Bitter dijo que la CEV estaba dispuesto a apoyar a los asilados, a la vez que exigió el fin del asedio.
«Estamos llegando a Navidad y ¿vamos a dejar que las cosas sigan igual? Como dice el papa Francisco ‘bajemos’ y dejemos que podamos reunirnos en familia, sin lágrimas, en paz y tranquilidad. Que piensen también en este pueblo que necesita», dijo.
«¿A COSTA DE QUÉ?»
Bitter lamentó que los opositores asilados en la embajada deberán pasar las Navidades en estas circunstancias. «Es doloroso, es triste», sostuvo el monseñor, quien aseveró que estaba «sorprendido» por el accionar de las autoridades.
«Hasta dónde se puede llegar como ser humano a unos límites que no me importe más nada: sino romper, desbaratar y quitar. Que no me importe más nada, sino simplemente imponer mi voluntad o quizás es querer ganar, vencer, pero ¿a costa de qué?», afirmó.
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🔵 Conferencia Episcopal Venezolana (@CEVmedios) sobre el asedio del régimen a la Embajada de Argentina en Caracas, donde permanecen asilados 6 miembros de nuestro @ConVzlaComando 🇻🇪.
¡Basta YA! ¡Salvoconductos YA!
📹 @ntn24 pic.twitter.com/JduvajmiLd
— Vente Venezuela (@VenteVenezuela) December 3, 2024
Los dirigentes opositores ingresaron a la embajada el 30 de marzo después de que se emitieron órdenes de captura en su contra. Los asedios comenzaron tras las elecciones presidenciales del 28 de julio y la presión aumentó hace dos semanas.
Este miércoles se habría agravado la situación. Según María Corina Machado, unos 20 agentes de seguridad fueron hasta la embajada para hostigar a los asilados y cerrar las calles cercanas, aumentando el temor de un posible ingreso a la sede diplomática.
